Antonio Martinez Ares, El Niño. En lo más alto.

Continuemos con Martinez Ares...

Diez años después de su debut (1993) alcanzó por primera vez la gloria en la modalidad tras proclamarse vencedores con “Los Miserables”. Fue el año del mítico pasodoble al Papa, que llevó al autor a ganarse el apelativo de polémico, que no le abandonaría ya durante toda su trayectoria. En 1994 su letra a Antonio Martín, que no llegaron a cantar pero que todo Cádiz acabó conociendo, engrandeció aún más su imagen de polémico, en un año en que repitió éxito y “La Ventolera”, unos marineros convertidos en veletas, se acabó llevando un nuevo primer premio. A las puertas de un tercer triunfo consecutivo se quedó la comparsa de 1995, “El brujo”, un homenaje a Paco Alba en el año que se cumplía el 20 aniversario de su desaparición. Los Charrúas de Joaquín Quiñones se llevó el premio y el grupo de Ángel Subiela se rompió, lo que provocó la salida de la comparsa de, entre otros, El Chupa.

Con siete nuevos componentes, entre ellos Miguel Ángel García Cossío y Paco Catalán, la comparsa de Martínez Ares se sacó la espinita del año anterior y logró de nuevo el primer premio con “La Trinchera” (1996). 1997 fue el año de la reconciliación con Antonio Martín, al que dedicó un hermoso pasodoble con “El Vapor” felicitándole por ser pregonero de aquel año (y que 12 años mas tarde, con Martinez Ares como pregonero, Antonio Martín devolvería con su comparsa Los Heroes del 3X4).

Al año siguiente, 1998, llegó la que para muchos es su mejor obra “Los Piratas” (como así lo demuestra la encuesta realizada en 2010 por Diario de Cádiz en la que se la considera como la mejor comparsa de la historia). Sus letras y la música, compuesta íntegramente por Martínez Ares, sirvieron para llevarse de calle el primer premio de la modalidad y marcar una época en la historia del concurso.

Tan grande fue el éxito de Los Piratas que el tercer premio obtenido al año siguiente, 1999, con “Los templarios”  supo a poco acostumbrado ya a no bajarse del primer puesto. Con “La Milagrosa” (2000), que ni siquiera pudo entrar en la gran final, se cerró un ciclo de nueve años sin faltar a la gran cita y supuso la ruptura definitiva entre el autor y el grupo de Ángel Subiela.

Finaliza de esta manera la etapa más gloriosa de Martinez Ares y, por que no, de la modalidad de comparsa.